Disco HDD

Absolutamente sí, pero de forma inteligente. La estrategia más eficiente hoy en día es la combinación de unidades. Mientras que un SSD es ideal para instalar el sistema operativo y los programas que más usas por su velocidad, un disco duro HDD es la solución perfecta como unidad de almacenamiento secundario. En este rol, un disco duro interno de gran capacidad te ofrece un espacio masivo para guardar tus juegos, colecciones de películas, fotos y copias de seguridad a un coste muy bajo. Por tanto, no se trata de elegir uno u otro, sino de aprovechar lo mejor de ambos mundos: la velocidad del SSD para la agilidad del sistema y la enorme capacidad de un HDD para el almacenamiento masivo y económico, especialmente en un PC de sobremesa.

Un disco duro de 1TB o 2TB es la elección ideal cuando la prioridad es el almacenamiento de datos a gran escala. Su principal ventaja es una relación capacidad-precio insuperable. Son perfectos para:

• Bibliotecas de juegos: Los videojuegos modernos ocupan cada vez más espacio, y un HDD te permite tener instalada toda tu colección sin preocuparte.
• Almacenamiento multimedia: Ideal para guardar cientos de películas en alta definición, temporadas completas de series o tu discografía entera.
• Fotógrafos y editores de vídeo: Para almacenar los archivos 'en bruto' (RAW) de las cámaras, que ocupan mucho espacio.
• Copias de seguridad: Es la forma más económica y fiable de crear backups completos de tu sistema o de un disco SSD principal.

Si necesitas mucho espacio y quieres el mejor precio de HDD por gigabyte, no hay mejor opción.

La diferencia principal y más evidente es el tamaño físico o 'factor de forma'. Un HDD 3.5 pulgadas es el estándar utilizado en la gran mayoría de ordenadores de sobremesa. Su mayor tamaño les permite alojar platos más grandes, lo que a menudo se traduce en mayores capacidades de almacenamiento y, en algunos casos, un rendimiento ligeramente superior a la misma velocidad de rotación. Por otro lado, los discos duros de 2.5 pulgadas son mucho más compactos y están diseñados principalmente para portátiles y para ser usados en carcasas de discos duros externos. Ambos tipos utilizan mayoritariamente la interfaz de conexión SATA, por lo que la compatibilidad a nivel de software es total, pero es crucial elegir el tamaño físico correcto para la bahía de tu equipo.

Al ser un disco duro mecánico, sus componentes móviles pueden desgastarse. Prestar atención a las señales de alerta es clave para evitar la pérdida de datos. Las más comunes son:

• Ruidos inusuales: Chasquidos metálicos, zumbidos fuertes o sonidos de 'rascado' repetitivos son la señal más clara de un fallo mecánico inminente.
• Lentitud extrema del sistema: Si tu ordenador tarda una eternidad en arrancar, abrir archivos o realizar tareas sencillas, y antes no lo hacía, el disco podría ser el culpable.
• Archivos corruptos o desaparecidos: Encontrar archivos que no se pueden abrir o que han desaparecido sin motivo aparente es una señal de alarma.
• Errores frecuentes: Mensajes constantes de 'error de lectura o escritura' o cuelgues del sistema operativo.

Ante cualquiera de estos síntomas, es vital hacer una copia de seguridad de tus datos inmediatamente.

Las 'rpm' (revoluciones por minuto) miden la velocidad a la que giran los platos internos del disco duro. Un disco de 7200 rpm gira más rápido que uno de 5400 rpm, lo que le permite leer y escribir datos de forma más veloz. Esto se traduce en tiempos de carga más cortos para programas y archivos grandes. Generalmente, un disco de 7200 rpm es la opción recomendada si vas a instalar aplicaciones o juegos en él, ya que la agilidad extra se nota. En cambio, un disco de 5400 rpm es perfectamente adecuado y más eficiente energéticamente para tareas de almacenamiento a largo plazo o copias de seguridad, donde la velocidad de acceso instantánea no es tan crítica. Ambos tipos son excelentes opciones dependiendo del uso específico que se les vaya a dar.